La Angustia: cómo comprenderla y superarla.

Cuando hablamos de manera coloquial utilizamos indistintamente las palabras angustia, miedo y pánico, pero, en realidad, no son lo mismo.

Por contraste con el miedo y el pánico, la angustia es un sentimiento difuso, sin concretar, sin motivo real donde apoyarse. La angustia aparece como reacción frente a una amenaza sin determinar o un peligro desconocido. Se caracteriza por un profundo malestar psicológico y suele conllevar algunas alteraciones del organismo, como taquicardias, hiper-sudoración, mareos, temblores o sensación de opresión en el pecho.

Man upset

La angustia existencial

Gibran Jalil Gibran, en el libro El Profeta, propone un pensamiento que nos puede servir de guía para esta reflexión: “Y así como la dura cubierta del fruto debe romperse para que su corazón salga a la luz del sol, así también debéis conocer el dolor”. Muchas veces hemos partido una nuez para comer su nutritivo fruto. En la vida pasa algo parecido: el sufrimiento tiene sentido en tanto en cuanto nos permite crecer psicológicamente. Sin romper la cáscara de la nuez no podemos comer su fruto; pero ¿es posible madurar, en el aspecto psíquico, sin angustia y sufrimiento? Reflexionemos sobre ello.

Vivir es sentir. Sentir es caminar entre la alegría y el sufrimiento. Éste es el espectro que recorre a todo ser humano. No podemos negar la angustia en el hombre, como tampoco podemos olvidar su dimensión de satisfacción. La angustia, pues, es un sentimiento base del desarrollo de toda persona.

Para el existencialismo, la angustia es una vivencia que emerge al cuestionarse sobre la propia identidad (¿quién soy?) y el significado de la vida (¿para qué existo?).

Por eso la angustia puede impedir toda posibilidad de progreso. Esclaviza y, al mismo tiempo, destruye toda ansia de modificación, bloqueando el horizonte del cambio. La persona, en este estado, se repliega sobre sí misma renunciando a todo crecimiento. Luego lo contrario de la angustia no es la alegría, sino la esperanza, que permite al ser humano tener nuevos proyectos, nuevas ilusiones.

La “ruptura de la cáscara de la nuez” o la angustia psicológica

Con respecto a la angustia existencial se produce un cambio cualitativo que modifica la propia esencia de esta vivencia.

La angustia normal, no neurótica (ni mucho menos psicótica), puede estar producida por la amenaza de la pérdida de un valor, una persona o una cosa. No es regresiva ni paralizante, sino que es más bien acicate para progresar. Siempre que se “pierde algo” (un ser querido, una pareja, un empleo, una etapa de la vida, la salud, un cambio de domicilio, etc.), sentimos ese cosquilleo que nos destroza las entrañas. Toda situación de cambio (salud-enfermedad, trabajo-desempleo, niñez-adolescencia, etc.) lleva en sí el germen del desarrollo y del retroceso.

Claves para superar la angustia

Tomar conciencia de las propias posibilidades y desarrollarlas

 Bajar  la autoexigencia

Rescatar los aspectos positivos

Acompañar durante la crisis de angustia o el ataque de pánico

No tomar una postura muy alarmista en una crisis de angustia

Practicar ejercicios de relajación y evitar la hiperventilación

 

Autor entrada: sowelu

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